«¡Hemos conseguido un montón de sonrisas!»

Para desarrollar todas las habilidades musicales que potenciamos en nuestras clases es imprescindible que los niños practiquen en casa. Nuestro aprendizaje se basa en el juego y la diversión y nuestros alumnos vienen muy contentos a sus clases, pero… ¡Qué difícil es a veces ponerse a tocar con la de juegos divertidos que tenemos en casa!

“NUESTRA LISTA DE SONRISAS”

Por ello las profes de Little musical steps tenemos algunos recursos con los que podemos motivarles a querer practicar en casa de forma regular. Uno de ellos es nuestra lista de sonrisas. Consiste en una fila de “Happy faces” que vamos rellenando cada día en clase con lo que nos cuentan que han podido hacer durante la semana. Nunca ponemos una cara negativa, sino que buscamos por poquito que sea reconocer un esfuerzo para motivar positivamente al niño.

Cuando consiguen llenar su fila de sonrisas las profes les regalamos una sorpresa. Después, de nuevo seguiremos llenando esa misma fila para llegar a la siguiente sorpresa… Esta vez dejamos volar la imaginación y decoramos nuestras caritas con colores, pelo, gafas… Y así iremos rellenando una fila tras la otra durante el curso.

ENSEÑANZA PERSONALIZADA

El momento de hablar de las sonrisas de la semana no es solamente importante para la motivación del niño. Es también la manera en que las profesoras podemos saber qué se ha practicado en casa y de esa manera guiar mejor la propia clase y la práctica para la semana siguiente. Es una información que compartimos directamente con los papás y mamás en la clase y que nos sirve para que ellos entiendan mejor cómo enfocar la actividad.

¡PRACTICAR NO ES SÓLO TOCAR!

Conseguir una “Happy face” no consiste solamente en tocar una pieza en casa. Puede ser cualquier esfuerzo relacionado con su aprendizaje musical, como mantener una buena postura, escuchar con atención la grabación de nuestro repertorio, observar a un dedito en concreto que andaba despistado o simplemente cantar y bailar una de nuestras canciones.

Con estos recursos buscamos que los niños desde bien pequeños entiendan y valoren la importancia del esfuerzo y la constancia. ¡A través de ello podrán conseguir cualquier meta que se propongan!

DIY: Bingo musical

El famoso juego del bingo puede tener muchas variantes. Nosotras hoy os proponemos cambiar los números por las figuras musicales para crear vosotros mismos la versión musical de este juego. Las manualidades son estupendas para el desarrollo de la psicomotricidad de los peques y a ellos les encanta sentarse con papá o mamá a hacerlas en casa.

El bingo musical que vamos a hacer  va a fomentar no sólo el desarrollo auditivo, si no que es una forma de acercarse a la lectura musical de forma divertida. Los niños empiezan a familiarizarse con las distintas figuras musicales y aprenden a distinguir sus distintas combinaciones mientras juegan.

¿QUÉ NECESITAMOS?

  • Varias cartulinas (nosotras hemos usado goma eva)
  • Tijeras
  • Regla
  • Rotulador grueso

¿CÓMO LO HACEMOS?

  1. Cortamos las cartulinas para crear los cartones de bingo. Las nuestras son de 20cmx20cm  pero las podéis hacer de cualquier otro tamaño. No os recomendamos hacerlas muy pequeñas para que las figuras que pintemos en cada casilla del bingo se vean bien.
  2. Cortamos cuadraditos pequeños para poner encima de las casillas. De esta forma no tenemos que tachar las casillas y el juego podemos reutilizarlo tantas veces como queramos.
  3. Dividimos cada cartulina en varias casillas (nosotras la hemos dividido en cuatro). Cuantas más casillas, mayor dificultad tendrá el juego.
  4. Pintamos varias figuras en cada casilla. Para empezar con pintar negras y corcheas sería suficiente. Una vez que vayan interiorizando los ritmos y las grafías, podemos ir creando cartulinas con figuras más complejas y combinaciones de ritmos más difíciles.

¿CÓMO SE JUEGA CON EL BINGO MUSICAL?

Repartimos una cartulina a cada jugador y una persona se encarga de hacer los ritmos de cada casilla. Estos pueden hacerse con instrumentos de pequeña percusión, con percusión corporal o incluso soplando en nuestra flauta.

Los jugadores tienen que ir identificando los ritmos y si suena el suyo lo taparán con los cuadraditos pequeños. El jugador que tape primero todos los ritmos de su cartulina gritará ¡BINGO! para hacerse con la victoria.

Cuando los niños ya van sabiéndolos identificar solos con facilidad pueden ser ellos los que hagan los ritmos y los demás los que lo adivinen.

Si os ha gustado esta manualidad musical, no os perdáis el paso a paso del Memory Musical

De Baby Music a Flauta Suzuki, nuestros alumnos crecen de forma natural

El paso de las clases de Baby Music a las de Flauta Suzuki se produce de forma natural. Ocurre según el niño crece y madura personal y musicalmente, en torno a los tres años de edad. A nosotras nos llena de orgullo y de alegría vivirlo con las familias… Este curso muchos de nuestros pequeños alumnos han dado este salto, tan natural y a la vez tan importante en su crecimiento personal y musical.

Como ya os hemos contado en otras ocasiones, nunca es demasiado pronto para empezar a estimular musicalmente a nuestros peques. El oído es nuestro sentido más desarrollado al nacer y la música nos ayuda a relacionarnos con nuestro entorno y a aprender en un ambiente positivo y amable.

ya tienen su base musical,¡AÑADIMOS LA FLAUTA!

Por ello, los alumnos que han participado en las clases de Baby Music tienen el idioma de la música incorporado en su vida. Ya están familiarizados con la flauta travesera, conocen y cantan las canciones del repertorio, tienen su oído entrenado para entender y representar la música que escuchan o para repetir y ejecutar patrones rítmicos, han desarrollado su psicomotricidad fina como para controlar con independencia sus manos y sus dedos, están acostumbrados a respetar los turnos en clase y a compartir la música con su familia…

es un cambio progresivo

Estos pequeños músicos están deseando aprender más. De forma natural quieren y piden a sus papás tocar un instrumento musical, como la flauta travesera. El cambio de las clases de bebés a las de Método Suzuki es progresivo: utilizamos las mismas piezas, canciones, ritmos o rimas que ya conocen y ampliamos objetivos. Se trata ahora de llevar al instrumento esas habilidades que venimos trabajando desde hace tiempo. Por ejemplo, ponerle una segunda letra a las canciones de clase: ¡sus notas musicales!

nacen nuevos objetivos musicales

La clase de grupo se mantiene, pero añadimos el tiempo de la clase individual para desarrollar la técnica del instrumento. Hasta ahora sólo habían tocado los instrumentos de percusión de clase o alguno que tuvieran en casa… Les hace una Ilusión enorme pasar a tener su propio instrumento musical y aprenden a cuidar su flauta, la decoran… Y lo que es más importante: comienzan a imaginar sus siguientes metas musicales, como ¡tocar en concierto con sus compañeros!

 

 

 

¡Este Halloween hemos tocado de miedo!

¡Qué bien lo hemos pasado! La semana pasada ha sido muy especial, hemos celebrado Halloween en nuestras clases y mayores y pequeños nos hemos divertido un montón. Esta fiesta es importante en países anglosajones como el Reino Unido o Estados Unidos y la hemos aprovechado para acercar un poco más el idioma y la cultura de estos países a nuestros alumnos

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Antes de recibir a las familias, las profes nos encargamos de decorar nuestras aulas con telarañas, guirnaldas, esqueletos gigantes, globos, calaveras… Los niños se han quedado boquiabiertos al entrar, deseando participar, ¡pero nosotras mismas también hemos sido sorprendidas! Muchos peques se han preparado en casa con sus disfraces y han venido a clase convertidos en vampiresas, esqueletos, calabazas, brujas o gatos

Para que nadie se quedara con las ganas, preparamos también unas divertidas caretas de calaveras mejicanas para los papás… Y la fiesta también se sintió en nuestra música: en las clases individuales de flauta tocamos versiones terroríficas de algunas de nuestras piezas,  en los grupos de Baby Music jugamos con la audición de Los Fósiles del Carnaval de los Animales de Saint-Saens, y con los mayores aprovechamos esta misma pieza para trabajar nuestro picado al ritmo del estribillo de la percusión. ¡Qué divertida y pegadiza es esta música!

Por último queremos contaros que, por supuesto, ¡también hemos cantado en inglés! Para la ocasión, hemos encontrado gran variedad de Nursery Rhymes de lo más entretenido.  Uno de los que hemos hecho en clase se titula Happy Halloween y nos ha encantado representarlo, bailarlo y cantarlo en las clases de flauta de los pequeños… Al ritmo de la música y con nuestras flautas como si de palos de escoba se trataran, hemos jugado a brujas que vuelan; nos hemos convertido en monstruos bailando y pisando a tempo; nuestros dedos han hecho de patas de arañas que caminaban por las flautas… De repente, las flautas se han hecho remos y nosotros piratas terroríficos y, para terminar, hemos soplado unas notas súper tranquilas para intentar dormir al búho de la canción:

Fly, fly, fly little Witches… Stomp, stomp, stomp, little Monsters… Crawl, crawl, crawl, little Spiders… Row, row, row, little Pirates… Sleep, sleep, sleep, little Owl… Happy Halloween!!

En estos días tan especiales hemos terminado las clases repartiendo los famosos caramelos de «truco o trato», además de nuestras pegatinas… ¡Ya estamos esperando nuestra próxima fiesta para pasarlo así de bien de nuevo!

¡Hacemos música de otoño!


En nuestras clases de Baby Music  realizamos actividades que estimulan el desarrollo de los peques. Lo hacemos de maneras muy distintas, de forma cercana y familiar. Nuestras actividades están pensadas para que desarrollen sus capacidades , pero también para que entiendan el mundo que les rodea, que tan importante es en sus primeros años de vida.

Las canciones, nursery rhymes y audiciones tratan temas relacionados con el entorno de los niños. De esta manera, con ayuda de la música aprenden sobre el mundo en el que viven. Tenemos canciones sobre la hora de comer y vestirse, los medios de transporte,los animales, las partes del cuerpo, etcétera. Entre nuestro repertorio tenemos actividades musicales relacionadas con las estaciones. Aprovechando que ya estamos en otoño, queremos contaros algunas cosas que hacemos en clase para ayudar a los peques a entender esta época del año desde la música.

Esquivando charcos

Tenemos canciones que hablan sobre la lluvia, los paraguas y el viento y nosotros nos movemos esquivando los charcos al ritmo de la música con nuestros paraguas. Podemos colocar pequeñas cartulinas de colores que representan a los charcos y vamos saltando por encima de ellas para no mojarnos. Cuando los peques todavía no saben saltar, ¡son sus mamás y papás los que les hacen volar por encima del charco y les encanta!

Castañas musicales

Hay canciones que hablan sobre los alimentos que son propios de esta época del año como las setas, las granadas y las castañas. Podemos meter varias castañas en un bote o una bolsita  y fabricar una especia de maraca otoñal que nos servirá para cantar nuestra canción de los alimentos con un acompañamiento de lo más original.

La lluvia y las hojas

Utilizando una audición como El otoño de Vivaldi, nos transportamos a un bosque en el que nosotros somos los árboles y movemos nuestro cuerpo con los brazos extendidos al son del viento. Después usamos nuestras manos para representar a las hojas de los árboles que se caen y son arrastradas hasta el suelo. También podemos utilizar los deditos para imitar a las gotas de  lluvia que nos hacen cosquillas por el cuerpo. ¡La música nos lleva a lugares maravillosos!

 Si queréis venir a pasar un buen rato con nosotras y descubrir más juegos, audiciones y canciones que van a ayudar al desarrollo de vuestros peques , podéis venir a probar una clase gratis en cualquiera de nuestras aulas. ¡Os esperamos!

 

 

 

Juegos para despertar a nuestras flautas

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Estamos a principio de curso, con muchos nuevos alumnos y familias de Flauta Suzuki comenzando su aprendizaje y jugando sin parar a despertar a sus nuevas flautas traveseras.

Casi todos hemos hecho sonar alguna vez una embocadura de flauta de pico (como las del cole), en la que resulta bastante sencillo emitir un sonido cualquiera. Sin embargo, la flauta travesera tiene una embocadura especial, distinta de la del resto de instrumentos de viento, y no suele ser fácil hacerla sonar a la primera. Por eso, en clase os enseñamos muchos trucos, practicamos con juegos y, poniéndole un poco de paciencia, ¡a todos y todas nos acaba sonando de maravilla!

La recompensa es enorme, puesto que empezamos a hacer música a través del instrumento. Además, cuando ya hemos aprendido y nos suena con regularidad podremos mantenerlo para siempre… Algo así como montar en bici, ¡no se olvida nunca!

Nuestros pífanos, esas pequeñas flautas traveseras de plástico que utilizamos en la primera etapa de aprendizaje, constan de dos partes: la cabeza (donde se ubica la embocadura) y el cuerpo (donde colocamos las manos y en concreto cada dedo en el orificio que corresponda). Para la práctica del soplido en el instrumento y conseguir que suene más fácilmente, haremos unos cuantos juegos utilizando solamente la cabeza.

Durante todas estas actividades para aprender a soplar en clase, además de que la profe y el papá o mamá coloquen la embocadura al niño para mostrarle cuál es la posición adecuada, también jugamos a que el niño sea quien lo coloque a los mayores, ya que le sirve para visualizarlo y entenderlo desde fuera.

dos  juegos para  la embocadura y  los primeros soplidos

  • «Hacer canasta»: ¿a quién no le gusta jugar a encestar? Vamos a convertir nuestro aire en la pelota del juego y el agujero de la embocadura de la flauta será la canasta… Si conseguimos que suene, habremos encestado: inspiramos, botamos, lanzamos… ¡Dos puntos!
  • «Abierto y cerrado»: la cabeza suelta de la flauta, sin ninguna resistencia, produce un sonido bastante agudo; pero si la tapamos con la palma de la mano, obtenemos otro sonido mucho más grave. Esto nos permite jugar a infinidad de cosas con esas dos alturas: inventar o repetir ritmos que las alternen, cerrar los ojos y adivinar cuál ha sonado, hacer acompañamientos  sencillos para las canciones que tocan los compañeros más avanzados… Y si el movimiento tapando con la mano lo hacemos muy rápido lo que suena es… ¡Que vienen los indios!

Nursery Rhymes, el inglés más natural y musical para los peques

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¿Qué son las nursery rhymes?

Se trata de poemas y canciones tradicionales propias de países cuyo principal idioma es el inglés. Muchas de las más famosas tienen su origen en Reino Unido y han llegado hasta nosotros como una de las actividades que debemos incluir en la formación de nuestros pequeños para potenciar el aprendizaje del inglés de forma natural.

Un buen número de ellas son muy populares y conocidas por todos. Por ejemplo, ¿quién no sería capaz de tararear Old MacDonald Had a Farm o Twinkle Twinkle Little Star? Estas son de las más famosas, junto con Wheels on the Bus, Incy Wincy Spider, Humpty Dumpty, Row your Boat, y muchas más…

¿Por qué son beneficiosas en el desarrollo de los niños?

  • A través del oído potenciamos su capacidad auditiva en inglés. De esta manera lo incluyen de forma natural y progresivamente se van familiarizando con el vocabulario.
  • Al escucharlas, los niños ya desde bebés perciben la cadencia propia del idioma. Escuchan los sonidos que forman las distintas palabras de forma que asimilan la fonética, tan importante para el posterior aprendizaje de la lectura.
  • Estas canciones son relativamente fáciles de recordar y aprender gracias a que suelen ser cortas o tienen textos repetitivos. Esto les incita a hablar y cantar e intentar repetir palabras que escuchan.

¿Cómo las practicamos?

¡Nos ofrecen muchas posibilidades! Pueden interpretarse representando la historia que cuentan, tanto nosotros mismos convirtiéndonos en actores como a través de marionetas, juguetes u objetos. También se pueden bailar, cantar, dramatizar con juegos de dedos, con percusión corporal y una infinidad de recusos. El único límite será nuestra imaginación…

En nuestras clases las experimentamos en grupo y los papás y mamás se llevan muchas ideas para poder repetirlas en casa, pero a su vez siempre os animamos a que seáis creativos y busquéis distintas opciones que os gusten.

Para que escuchéis una Nursery Rhyme os dejamos un vídeo de ejemplo, aunque nosotras nunca utilizamos material audiovisual en clase. Basamos el aprendizaje en la experimentación corporal y auditiva, potenciando las capacidades de nuestros niños de la forma más completa y activa posible.

¡A divertirse con Nursery Rhymes, aprendiendo inglés y música al mismo tiempo!

 

Música e inglés… ¡Combinación perfecta!



Las profes de Little Musical Steps tenemos formación en varios idiomas y creemos que es fantástico poder compartirlo con nuestras familias en el aula. Nuestras clases son bilingües, alternando castellano e inglés, para que papás y mamás os sintáis a gusto sin necesidad de ningún nivel mínimo del idioma. ¡Vuestra participación en el aula es muy importante!

Se trata de ofrecer a los pequeños este otro estímulo distinto al musical y aprovechar esa etapa en la que absorben tan fácilmente. Según Barbara Zurer Pearson, autora de Raising a Bilingual Child, “después de tan sólo días de haber nacido, todos los bebés ya pueden diferenciar varios idiomas”. Además, el periodo óptimo para el aprendizaje de idiomas, según numerosos estudios, parece situarse entre el nacimiento y los tres años (justamente cuando un niño está aprendiendo su primera lengua). De hecho, lo aprenden también con facilidad y todavía como si fuese su lengua materna hasta los siete años de edad.

Cuando estamos inmersos en la actividad de la clase, el niño escucha, imita y siente el deseo de comunicarse también en inglés. Es bueno para ellos ver a un adulto de referencia (como su madre, padre o su profesora) hablar en dos idiomas indistintamente. De esta forma,  lo  entienden como algo normal y natural… Incluso, ¡hay momentos en que los niños prestan más atención por estar escuchando dos idiomas diferentes!

El biligüismo tiene muchas ventajas

César Ávila es catedrático de Psicología Básica de la Universitat Jaume I de Castellón e investigador del grupo de neuropsicología y neuroimagen funcional de Brainglot. Ha realizado un estudio en el que comprueba con técnicas de resonancia magnética qué pasa en el cerebro de personas bilingües y monolingües al realizar tareas que no son lingüísticas, sino de control ejecutivo y de atención. Ávila explica que “crecer en un entorno en el que se usan dos lenguas y has de cambiar constantemente de una a otra hace al cerebro más flexible al ambiente y otorga más capacidad de cambio cognitivo”.

El uso del inglés en nuestras clases no va a hacer bilingüe al alumno, pero estimula su oído y crea interés y predisposición por su parte para aprender esa segunda lengua. Las ventajas que conlleva hablar más de una lengua, además de las comunicativas, pueden ser muy numerosas: mayor creatividad en la resolución de problemas complejos, capacidad de pensamiento más flexible, mejora de la atención y apertura mental, mayor facilidad para aprender otros idiomas o incluso la creación de reservas cognitivas que retrasan la aparición de síntomas de demencia o de alzheimer… Let´s make music!