Tres beneficios de la música en los más pequeños

Cada vez hay más estudios y expertos en neurociencia y psicología que hablan de los beneficios de la música en los más pequeños.  Aunque son muchos, nosotras hemos querido hablaros de tres de ellos que trabajamos en nuestras clases de forma natural y divertida.

Música y niños

Desarollo cerebral

Según un estudio elaborado por el Instituto de Aprendizaje y Neurología de la Universidad de Washington (Seattle, EE UU), «experimentar patrones rítmicos musicales mejora la habilidad de detectar y predecir patrones rítmicos del habla. Esto significa que escuchar música en edades muy tempranas puede tener un efecto global en las habilidades cognitivas de los bebés«. La mejora de las habilidades cognitivas, como la percepción de distintos patrones, supone un efecto positivo en el aprendizaje a largo plazo«.

Nuestros peques interiorizan las estructuras de la música, sus ritmos, melodías e incluso el vocabulario de las canciones y la cadencia del lenguaje. Para ellos es un juego, ¡pero los beneficios que les aporta son extraordinarios!

Desarrollo de la memoria verbal

Según un estudio realizado por psicólogos de la Universidad de Hong Kong, «al escuchar música se estimula una parte del cerebro que es responsable de la memoria verbal». De esta manera, la música potencia dicha memoria, que nos parece muy importante también para poder aprender distintos idiomas. En nuestras clases utilizamos la música tanto en castellano como en inglés, por lo que esa memoria verbal se desarrolla desde un principio en ambos idiomas y los niños la asimilan de una forma natural.

Desarrollo de la expresión corporal

Al combinarse con el baile,la música estimula sus sentidos y el desarrollo de la coordinación adaptando su movimiento corporal a los distintos ritmos. Aprenden a expresar el carácter de la música a través del cuerpo y  se abre una nueva vía de comunicación distinta al habla que les permite expresarse.

Si queréis apostar por una enseñanza musical bilingüe con muchos beneficios para el desarrollo de vuestros peques, podéis venir a conocernos y probar una clase gratuita.  ¡Estaremos encantadas de conoceros y enseñaros cómo vivimos y enseñamos nosotras la música!

Juegos de dedos, ¡nos encantan!

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Los juegos de dedos son una parte imprescindible en nuestras clases: además de divertidos y musicales, son muy útiles y ¡valen para todos! Desde los bebés más pequeños, para los que supone una estimulación para trabajar sus primeros movimientos, hasta niños más mayores y adultos, para controlar movimientos muy exactos de sus dedos en el instrumento…

Muchos juegos de dedos son además parte de nuestra tradición, ¿quién no se sabe Cinco lobitos tiene la loba? Son muy buenos para cantar delante de los bebés desde pequeños, transmitiendo música y rima, estimulando el oído, el habla, el lenguaje, la memoria… Poco a poco, los bebés empiezan a usar los dedos por separado, imitando nuestros juegos tanto en música como en movimiento.

Esta práctica tiene distintas ventajas para los niños: a nivel general, les ayuda a desarrollar su psicomotricodad fina, necesaria para su día a día en infinidad de situaciones (agarrar objetos o comida, pulsar un botón, abrocharse…) y a nivel musical prepara sus dedos para empezar a tocar casi cualquier instrumento.

Compartimos con vosotros algunos de nuestros juegos o herramientas para trabajar la psicomotricidad fina:

  • Marionetas de dedos: son super divertidas, a los niños les encantan y las usamos en canciones, audiciones, ritmos… Empezaremos colocandolas en el dedo índice y poco a poco las usaremos en el resto de deos también, moviéndolos de forma independiente.
  • Canciones, audiciones y nursery rhymes, que representamos con nuestros dedos e imaginación: gusanitos que se mueven, flores que crecen, gotitas de agua que caen… ¡Seguro que podéis inventar algunas! También tenemos piezas específicas para mover nuestros dedos y manos, como la canción de las abejas: juntamos dedos de dos en dos, al ritmo de zum, zum, zum, hacen zum, zum, zum, las abejas van volando y la miel recolectando
  • ¡Dedos a dormir!: numerados del uno al cinco, jugamos a apoyarlos en el suelo bien separados, como si estuvieran cada uno en su camita. Repasamos los números mirando cada uno de ellos, ¡les tapamos con una mantita o les ponemos una almohada! Después los despertamos de uno en uno y entonamos una canción para cada dedo, en orden durante los primeros meses y aleatoriamente cuando ya nos los hemos aprendido.

Los juegos de dedos nos sirven para aprender música, movimiento y rima a la vez y pueden practicarse casi en cualquier momento o lugar, por supuesto también ahora en verano… ¡Dedos al aguaaa!

La práctica musical en casa

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Todo aprendizaje musical, ya sea general o de un instrumento en concreto,  requiere práctica y entrenamiento constante, al igual que ocurre con muchas otras disciplinas artísticas y la mayoría de deportes, por ejemplo.

Cuanto más se experimenta la música en casa, incluyendo este hábito en la rutina del niño de forma regular, mejor aprenden en las clases o avanzan en la técnica del instrumento: este lenguaje comienza a ser importante en su vida y se convierte en algo más que compartir en el ámbito familiar.

En las clases de bebés la práctica de los juegos musicales en casa, el escuchar audiciones y cantar canciones en la rutina harán que se absorba mucho más todo lo que exponemos al niño (ya estemos cantando con propósitos musicales o usándolo para hacer más ameno el momento de la comida, de vestirse o de ir a dormir…). Además, en el aprendizaje de un instrumento, la práctica en casa es casi imprescindible para que el alumno avance, ya que tiene que asimilar la técnica del instrumento gradualmente, a través de los juegos, ejercicios y actividades.

Estas son algunas ideas importantes sobre nuestro enfoque de la práctica musical en familia, con niños en edades tempranas:

  • Es responsabilidad únicamente del adulto.

Por lo general, cuando un niño se inicia en las clases de música, empieza a cantar espontáneamente en su día a día o, si tiene su instrumento a mano, jugará un poco con él. Sin embargo, es el adulto el que debe proponer el hábito de la práctica regular y guiada por el consejo del profesor.

  • Debe ser regular y constante.

A poder ser, practicaremos todos o casi todos los días un poquito, e intentaremos hacerlo aproximadamente a la misma hora (por ejemplo, por la tarde después de la merienda). ¡Las rutinas son muy importantes en la vida de los niños y la música debe entrar también en ese esquema!

  • Actitud siempre positiva y de juego.

El adulto debe estar siempre atento al ánimo del niño, ya que, al igual que los mayores, ellos pueden tener un mejor o peor día… Asumirán con gusto la nueva rutina siempre que nos adaptemos a ellos y cuidando de que la estimulación sea siempre positiva (el simple hecho de estar practicando ya es algo que celebrar y realzaremos todo lo que el peque haga bien, aunque no sea nuevo).

  • Acertar en qué y cómo practicar.

En las clases de Suzuki es importante apuntar lo que el profesor nos ha dicho que se debe practicar y cómo hacerlo. Muchas veces un acercamiento distinto al adecuado o una meta demasiado difícil pueden desmotivar al pequeño.

  • Adecuarnos a su capacidad de concentración.

La práctica no debe suponer más de cinco o diez minutos cuando el niño es pequeño y va aumentando según su desarrollo y madurez. Ellos mismos lo van pidiendo y demostrando, así que no debemos tener miedo en los primeros años a limitarnos a cantar una canción o montar y desmontar el instrumento para ese ratito.

La práctica musical en casa es siempre un gran momento para compartir este aprendizaje tan bonito con los niños, acompañarles en todos sus pequeños logros y formar parte de su desarrollo. Aunque trabajemos en crear esa rutina, podemos reforzarlo constantemente: ¡a cantar en la ducha, en el coche o en el parque!

Nursery Rhymes, el inglés más natural y musical para los peques

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¿Qué son las nursery rhymes?

Se trata de poemas y canciones tradicionales propias de países cuyo principal idioma es el inglés. Muchas de las más famosas tienen su origen en Reino Unido y han llegado hasta nosotros como una de las actividades que debemos incluir en la formación de nuestros pequeños para potenciar el aprendizaje del inglés de forma natural.

Un buen número de ellas son muy populares y conocidas por todos. Por ejemplo, ¿quién no sería capaz de tararear Old MacDonald Had a Farm o Twinkle Twinkle Little Star? Estas son de las más famosas, junto con Wheels on the Bus, Incy Wincy Spider, Humpty Dumpty, Row your Boat, y muchas más…

¿Por qué son beneficiosas en el desarrollo de los niños?

  • A través del oído potenciamos su capacidad auditiva en inglés. De esta manera lo incluyen de forma natural y progresivamente se van familiarizando con el vocabulario.
  • Al escucharlas, los niños ya desde bebés perciben la cadencia propia del idioma. Escuchan los sonidos que forman las distintas palabras de forma que asimilan la fonética, tan importante para el posterior aprendizaje de la lectura.
  • Estas canciones son relativamente fáciles de recordar y aprender gracias a que suelen ser cortas o tienen textos repetitivos. Esto les incita a hablar y cantar e intentar repetir palabras que escuchan.

¿Cómo las practicamos?

¡Nos ofrecen muchas posibilidades! Pueden interpretarse representando la historia que cuentan, tanto nosotros mismos convirtiéndonos en actores como a través de marionetas, juguetes u objetos. También se pueden bailar, cantar, dramatizar con juegos de dedos, con percusión corporal y una infinidad de recusos. El único límite será nuestra imaginación…

En nuestras clases las experimentamos en grupo y los papás y mamás se llevan muchas ideas para poder repetirlas en casa, pero a su vez siempre os animamos a que seáis creativos y busquéis distintas opciones que os gusten.

Para que escuchéis una Nursery Rhyme os dejamos un vídeo de ejemplo, aunque nosotras nunca utilizamos material audiovisual en clase. Basamos el aprendizaje en la experimentación corporal y auditiva, potenciando las capacidades de nuestros niños de la forma más completa y activa posible.

¡A divertirse con Nursery Rhymes, aprendiendo inglés y música al mismo tiempo!

 

La escucha intensiva, ¡fundamental en el aprendizaje musical!


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Escuchar música es algo importante para todo ser humano, durante toda nuestra vida y en momentos y circunstancias de todo tipo… Sin embargo, cuando comenzamos a educar nuestro oído o a aprender a tocar un instrumento, la práctica auditiva se convierte en algo imprescindible. Por ello, nuestras clases están siempre llenas de ejemplos musicales, tanto en directo como a través de grabaciones de música de cualquier época, estilo o género.

En el caso de la Estimulación Musical Temprana (niños entre cero y tres años aproximadamente), la escucha de música fomenta el desarrollo de diversas funciones cerebrales, tanto auditivas como generales. Hemos conocido recientemente el proyecto estadounidense Nuryl, donde sus creadores nos explican los beneficios de la estimulación musical en bebés desde el embarazo hasta los dos años y nos ofrecen una aplicación para dispositivos móviles para llevar a cabo esta escucha intensiva de música.

Por otra parte, en las clases de Flauta Suzuki (con niños de a partir de tres años) utilizamos además un material creado especialmente para este aprendizaje: la grabación de las piezas del repertorio tocadas con la flauta acompañada por un piano y  la grabación de estos acompañamientos a parte. Para los alumnos Suzuki de cualquier instrumento, la escucha intensiva de este material es fundamental:
– Para la aprender el repertorio: los niños asimulan de oído y sin esfuerzo aspectos como la afinación, el ritmo o la estructura de cada pieza. Además, se familiarizan también con las piezas más avanzadas del repertorio, reconociéndolas después cuando escuchan a otros niños interpretarlas, por ejemplo. los niños pueden practicar con el cd cuando ya se han aprendido la pieza…
– Para practicar una pieza ya aprendida: pueden hacerlo con los acompañamientos de piano creados a tal efecto o también por encima de la grabación del instrumento.
– Para crear un ambiente idóneo para la práctica del instrumento, por ejemplo escuchando algunas piezas antes de empezar a tocar, mientras nos colocamos y montamos el instrumento.
– Para aumentar su motivación: cuando escuchamos piezas que nos agradan, ¡aumenta nuestro deseo de hacer música!

Independientemente de nuestra educación musical, mayores y pequeños podemos disfrutar de la música juntos, con distintos tipos de escucha según la situación:
– Escucha inactiva: aprovechando para deleitarnos y nutrirnos mientras hacemos otra cosa, ya que nuestro cerebro, aunque no nos demos cuenta, está procesando mucha información de ese material sonoro.
– Escucha activa: concentrándonos en lo que estamos percibiendo, por ejemplo cantando la letra de la pieza si la tiene, entonando las notas, soplando en la cabeza de la flauta o tocando un instrumento de percusión al ritmo, poniendo los digitación de las notas en el instrumento si las conocemos, o incluso leyendo la partitura simultáneamente…
– Escucha en concierto: sin duda esta es la audición más intensa, al disfrutar de la música en directo y compartirla con el propio intérprete, en el ambiente mágico que se genera.

Es muy bueno, además, escuchar música de distintos tipos, estilos y épocas, acostumbrándonos a valorar características muy diferentes en cada ejemplo y ampliando nuestra creatividad y parámetro musical. Os animamos a incluir un poco más de música en vuestro día a día, como una rutina saludable y placentera: en concierto, en el coche, en casa, haciendo deporte, relajándote… ¡Cualquier momento se hace mejor con música!

Talleres musicales en el embarazo, ¡conectando corazones!

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La música nos conecta con sentimientos que a veces son difíciles de expresar con palabras. Es un potente transmisor de emociones que forma parte de nuestro día a día y que  podemos aprender a utilizar para sentirnos bien.

Para las mamás, poder compartir  emociones a través de la música con el bebé que aún no ha nacido refuerza el vínculo ya existente entre ambos. En los talleres que llevamos a cabo realizamos diversas actividades unidas a la música y al cuerpo que nos permiten conseguir esa canalización de emociones. Estas actividades pueden ser compartidas con nuestra pareja o algún familiar o amigo cercano que quiera formar parte del proceso.

¿Qué aportan los talleres musicales en el embarazo?

  • Experimentar la relajación a través de distintas piezas musicales

Exploramos música que nos genera bienestar físico y mental con la que poder transmitir serenidad al bebé. Este percibe tanto la música como el bienestar que produce en la madre y asocia dicha música a la relajación incluso una vez haya nacido.

  • Aprender una forma de comunicarse con el bebé

Los ejercicios que realizamos en clase, se pueden realizar posteriormente en casa para seguir reforzando las sensaciones positivas que se transmiten al bebé. La música que se escucha y se canta durante el embarazo que ha generado positividad se puede utilizar después del parto ya que el bebé recordará esas sensaciones al escucharla de nuevo.

  • Compartir con otras embarazadas el proceso

Es un excelente lugar en el que poder relacionarse con otras futuras mamás  y sentir el apoyo y la ayuda del grupo.

Trabajamos canciones que son aplicables a la rutina del bebé y que serán un recurso más del día a día. Los bebés reconocen antes melodías que palabras y es por eso que pueden asociar la música a distintos momentos del día como la hora de bañarse, la hora de dormir o la hora de comer.

  • Iniciar una actividad que poder seguir compartiendo con el bebé cuando haya nacido

Después del nacimiento del bebé muchos padres quieren incluir la actividad musical en el día a día de sus hijos, seguir compartiendo con ellos los beneficios de la música que potenciará numerosas capacidades en ellos.

Nuestro próximo taller dedicado al embarazo tendrá lugar el próximo 2 de Abril en P&B, centro de apoyo a la maternidad y crianza, C/ Balandro 36 (Metro Alameda de Osuna)

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Si estás interesada en otras posibles fechas y lugares, puedes contactarnos en info@littlemusicalsteps.com. También ofrecemos talleres para bebés en los que podréis compartir la música con vuestros hijos, estimulando sus capacidades y disfrutando juntos.

 

La música se crea y se aprende en grupo

El grupo es importante en todas las etapas del aprendizaje musical, desde las primeras clases de estimulación temprana hasta nuestro perfeccionamiento en la edad adulta. El rol del niño va cambiando en las clases a lo largo de su desarrollo, pero el grupo siempre juega un papel fundamental en su formación musical y su crecimiento personal.

Una parte del aprendizaje musical se consigue a través de la práctica en casa, en el entorno familiar, pero hay otra que sólo se puede trabajar en el momento de la clase con los demás compañeros, donde el niño:

  • Se siente parte de la «orquesta» o conjunto musical: para un músico lo más bonito de su trabajo es tocar en grupo y sentirse parte de un todo al crear la música. Esta es la mayor recompensa al trabajo individual y la práctica del instrumento, y en el caso de nuestros pequeños, es una de las sensaciones más reconfortantes que podemos ofrecerles al crear música: hacerlo rodeados de otros niños y adultos y en un ambiente positivo y distendido, compartiendo la experiencia.
  • Escuchar y ver a otros niños: es fundamental para la motivación de los peques el poder ver a sus iguales cantar, bailar, tocar los instrumentos… Observar también cómo los demás aprenden y van mejorando a lo largo de las clases, o cómo podemos incluso ayudar a nuestro compañero de al lado en un momento determinado de la clase.
  • Entender los turnos: en las clases de música practicamos canciones y juegos en los cuales hay un turno para cada niño, a veces intercalados por estribillos o melodías. Así, aprenden a esperar su momento para intervenir cantando o tocando un instrumento y a escuchar a los demás
  • Compartir los instrumentos: el momento de reparto de los instrumentos de percusión es siempre emocionante para los peques. Siendo parte del grupo entienden que no siempre podrán elegir instrumento y que son los encargados de llevar una para ellos mismos y otro para su papá,mamá o acompañante
  • Socializar: son muchos los bebés en clase de estimulación musical que no van a la guardería todavía cuando comienzan a acudir a nuestras clases, así como niños más mayores que necesitan amigos o compañeros  con los que compartir la afición a la música y el instrumento

Practicar música es casi siempre una actividad social, tanto por el hecho de querer transmitirla hacia un público como por crearla con otras personas. Sólo participando de esta forma nuestros niños aprenden y disfrutan de verdad la música, creciendo con un sano sentimiento de grupo que les quedará para siempre.

Su primer «Laura»

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En nuestros grupos de Baby Music son muchos los niños que comienzan a venir a clase sin todavía hablar. Por ello, el momento en que empiezan a decir sus primeras palabras es también emocionante y enternecedor para nosotras las profes. Morimos de amor el día en que llegan al aula, nos miran y sonríen como siempre, pero de repente, al acercarse, nos regalan el primer «lala», o sea, ¡el primer «Laura»! Y esque así nos llamamos nosotras dos…

Es un momento mágico, en el que aguantamos las lágrimas de emoción y nos damos cuenta de que somos personas importantes para el niño, quien poco a poco, clase tras clase, se ha ido acercando más a nosotras física y psicológicamente, hasta sentirse totalmente agusto en el aula y hacernos parte de su círculo de personas más queridas y cercanas. Nuestra actividad y la música en general son muy importantes en su vida y le están haciendo crecer, ayudándole también en su desarrollo personal y afectivo.

En muchos casos, también con los alumnos más mayores, se crea un vínculo cercano más alla del de profesor–familia en la clase, por el hecho de trasladar la música desde el aula a la rutina familiar, convirtiéndola en algo personal y especial.

Nosotras enseñamos, pero también aprendemos todos los días de los pequeños, que, como todos sabemos, tienen una imaginación sin límites y son absolutamente sinceros: nos transmiten lo que les gusta o lo que no, lo que entienden mejor o peor o cuáles son sus momentos favoritos de la clase… Y, por supuesto, aprendemos de los papás y mamás, que también nos transmitís ese feedback de lo que pasa el resto de los días de la semana en que no nos vemos, de lo que os cuentan los niños, y vuestra propia ilusión por nuestras clases.

¡Todo esto da sentido a nuestro trabajo, nos ilusiona y motiva y nos carga las pilas para seguir aprendiendo, mejorando y haciendo más música!

Sapiens, un nuevo espacio para hacer felices a los niños gracias a la música

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Laura Dudley en el aula para bebés de Sapiens

Sabías que ya desde el vientre materno tu bebé es capaz de responder a estímulos musicales? Increíble, ¿verdad? Tu recién nacido será capaz de reconocer melodías mucho antes que palabras. La música es simplemente maravillosa… Ya nuestras abuelas, con sus canciones de cuna transmitidas de generación en generación creaban, sin saberlo, esa sensibilidad musical, fomentaban ese vínculo especial con la música.

La música hace felices a los niños y cuanto antes empiecen mejor. Los bebés son receptivos a los estímulos musicales: reconocen melodías, timbres de instrumentos o voces y ritmos, incluso son capaces de hacer sonar en grupo los instrumentos de percusión. ¡Fascinante!

Además de pasarlo bien mientras aprenden, la música también consigue que se creen ciertas conexiones neuronales necesarias para su desarrollo cognitivo en sus primeros años: el habla y la comprensión lingüística a través de las canciones, el razonamiento espacio-temporal por los patrones y estructura de la música, habilidades sociales al crear música en conjunto, habilidades motrices y de coordinación en la ejecución de ritmos o bailes… Y, por supuesto, la música hace también que se desarrollen profundamente habilidades auditivas, de atención, de memoria, y aspectos como la autoestima, la creatividad, la disciplina o incluso la paciencia.

En nuestras clases buscamos un ambiente distendido y familiar, en el que grandes y pequeños nos encontremos a gusto para sacarle el máximo partido a la actividad. Compartimos momentos cantando, reconociendo melodías, ejercitando nuestros dedos y manos, tocando percusión, teatralizando música… Nos gusta que los niños participen y se sientan parte del grupo, por lo que trabajamos los turnos y, una vez pueden hablar, toman decisiones y hacen la clase: «¿qué color cantamos hoy?», «¿nos apetece entonar antes la escala o el arpegio?»

Las mamás y papás son fundamentales en todo momento, son el apoyo y estímulo que el niño necesita para la clase y para llevar la música al día a día. Nuestras clases son bilingües (castellano-inglés), pero no es necesario ningún conocimiento previo del idioma  por parte del niño o el adulto.

A partir de ahora tenemos una nueva aula donde poder desarrollar todas estas actividades. Nos encantará que nos visites en Sapiens, donde estaremos todos los martes a las 17:00 y a las 18:00 horas. Si tu peque tiene entre 0 y 3 años no dudes en probar una clase. Tenemos grupos acordes a su edad y tú podrás disfrutar viendo a tu hij@ desarrollar esa habilidad innata que todos tenemos. ¿Te vienes a conocernos?

Sapiens: Calle Mártires Concepcionistas 12, Madrid. Metro Manuel Becerra/Goya.

 

Música en bebés prematuros

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Cada día son más numerosos los estudios acerca de los beneficios de la música utilizada como terapia. En los últimos años, una de las investigaciones que ha ido cobrando fuerza es la relacionada con los bebés prematuros. Aunque nosotras no somos expertas en la aplicación musical en estos pequeños, nos ha parecido muy interesante poder ahondar un poco  y compartir con vosotros lo que hemos ido descubriendo a través de diversas fuentes.

Los estudios parecen coincidir en que la música es un potente transmisor de emociones que ayuda a paliar el estrés que supone el haber salido antes de tiempo del ambiente protector del vientre materno. De esta manera, los bebés se calman, el sueño se estabiliza, comen mejor y su tiempo internados se reduce.  Como se indica en un estudio de la BBC «.Los investigadores -que publican los detalles del estudio en Archives of Disease in Childhood (Archivos de Enfermedades Infantiles)- afirman que la música parece tener también efectos beneficiosos en aspectos fisiológicos como ritmo cardíaco y respiratorio» De esta manera, la música también contribuye a reducir el ritmo cardíaco y a mejorar los niveles de saturación de oxígeno.

Se han realizado pruebas tanto con música grabada como con música en directo (nunca por encima de 70 decibelios). El tipo de música utilizada no ha sido sólo música clásica, sino también distintas canciones de cuna de las que tanto os hablamos nosotras. En ocasiones, esta música la combinan con los sonidos que perciben los bebés en el útero, así como con sonidos del corazón de la madre. La música tranquiliza la mente y los órganos de los prematuros, lo cual aumenta su probabilidad de supervivencia.

Esta música parece no sólo ayudar a los pequeños, sino también a sus familias. La musicoterapeuta Elizabeth Klinger, afirma que «lo que la terapia musical puede suministrar es esa experiencia de audición pasiva que estimula la relajación del paciente y la participación de la familia». Los propios padres también interpretan esas canciones de cuna porque quieren reconfortar a sus pequeños a través de su voz y los musicoterapeutas les animan a que lo sigan haciendo en casa porque seguirá fomentando su vínculo con el bebé y este se seguirá beneficiando de los efectos relajantes de la música.

 Se trata de una terapia que tiene un bajo coste para los hospitales y que genera unos buenos resultados en esos bebés valientes que luchan por salir adelante. ¿No es increíble el poder que tiene la música? Bravo por todos los que investigan sobre lo beneficiosa que puede llegar a ser para las personas y para estos bebés que llegan al mundo antes de tiempo.