“Mamá, ¡hoy tenemos concierto!”

Qué emocionados esperan nuestros pequeños alumnos los días de concierto. Y es que, desde el principio de su aprendizaje del instrumento, esta es una parte más de su vivencia musical.

En un primer momento, puede resultar extraño imaginarse a niños de tres años sobre el escenario, pero hay muchas razones por la que esto no sólo es posible, sino que es positivo y necesario en el proceso de aprendizaje:

Sienten que forman parte de un equipo en el que todos son importantes

Tanto si son capaces de tocar piezas difíciles como si apenas pueden tocar una nota con el instrumento, los niños sienten que forman parte del fenómeno musical. Los más pequeños se encuentran arropados por los mayores y los más avanzados utilizan todo su potencial para ayudar a los pequeños.

Disfrutan del escenario

Cuando los niños empiezan desde pequeños a dar conciertos en grupo, estar sobre el escenario se convierte en algo natural. Les va dando la confianza necesaria para en un futuro poder dar conciertos a solo y cada vez más largos. Aunque depende mucho de su personalidad, la mayoría de nuestros alumnos están deseando actuar y conciben el concierto como algo positivo y natural para ellos, recompensa a su esfuerzo y práctica del instrumento.

Entienden que lo más bonito de aprender música es poder compartirla

El aprendizaje de las clases colectivas tiene una guinda final perfecta en los conciertos, pues allí no sólo comparten la música con sus compañeros, sino también con el público, al que se la ofrecen juntos.

A partir del momento en que los alumnos pueden tocar alguna canción completa con todas las notas y la tienen bien interiorizada, también empiezan a dar conciertos individuales. Gracias a que hemos generado el hábito de subirse al escenario con el grupo y a haber visto a los más mayores dar sus conciertos a solo, este paso se da de manera natural. Es importante no forzar a los niños a hacerlo y por ello siempre les ofrecemos la posibilidad de tocar con ellos para que se sientan arropados por la profesora o sus padres.

Desarrollan responsabilidad y autonomía

Cada concierto supone un objetivo concreto que empezamos a preparar con tiempo e ilusión. Los niños se preparan tocando su pieza de concierto en clase para los compañeros, en casa para su familia, etc., practicando su intervención en lugares que les son muy familiares. Aprenden a ser los protagonistas por un día y disfrutar de ello.

Los conciertos son los momentos mágicos para los que todos los músicos se preparan. Son el fin último del trabajo, la recompensa al tiempo dedicado a cada pieza. Poder hacer partícipes a los niños de esa magia es enseñarles el verdadero motivo por el que la música es tan especial.

¿Cómo ayuda la música al desarrollo de la psicomotricidad?


El término psicomotricidad hace referencia al dominio del cuerpo. Si hablamos de acciones más generales que se realizan con todo el cuerpo, estamos ante la psicomotricidad gruesa. Cuando  hablamos de acciones más precisas con coordinación de las manos y la vista, nos encontramos ante la psicomotricidad fina.

En la clase de música trabajamos ambas, asociando el movimiento del cuerpo a la música y realizando movimientos cada vez más complejos de forma que los niños vayan adquiriendo destreza manual progresivamente (también importante en el futuro aprendizaje del instrumento)  y teniendo un mayor dominio sobre su cuerpo en todos los aspectos.

Psicomotricidad gruesa

 Es la más empleada en las clases de bebés en un principio, puesto que los primeros pasos que deben dar los pequeños en este ámbito estará relacionado con el control de su cuerpo a nivel más general. Se trabaja el movimiento de los brazos y las piernas, el equilibrio, la coordinación de las extremidades, etc. También se trabaja la manipulación de objetos como pañuelos, globos, pelotas, vasos de plástico, plumas y por supuesto la pequeña percusión.

Todo esto lo asociamos a patrones rítmicos, melodías, velocidad de la música o estructura de la misma. De esta manera, además de la psicomotricidad, trabajamos el desarrollo del oído . Los niños disfrutan asociando música a movimiento, aprendiendo sin darse cuenta a distinguir patrones y estructuras musicales mientras su destreza aumenta.

Psicomotricidad fina

Se refiere a todas las actividades o acciones que realizamos específicamente con las manos. Es fundamental en el desarrollo de las habilidades, por lo que es importante estimularla. En nuestras clases realizamos una gran cantidad de juegos de dedos. En una primera fase, cuando los bebés son muy pequeños, estos juegos de dedos los realiza el padre o madre para que el niño lo vea y quiera imitarlo. Es una primera etapa de la estimulación que le llevará a la fase siguiente en la que empezará a poder realizar esos movimientos por sí mismo. Poco a poco los niños serán capaces de ir independizando los dedos y de realizar movimientos más complejos, precisos y veloces, que se verán especialmente reforzados con las clases de instrumento.

Música y psicomotricidad conforman un tandem perfecto con la diversión como base, de forma que los niños aprenden disfrutando semana tras semana, reforzando los movimientos y destrezas que tan útiles les serán en su día a día.

La motivación como motor para el aprendizaje

 

No es que yo sea muy inteligente, es que persevero más tiempo. Albert Einstein

¿Podríamos considerar entonces que éxito y perseverancia van de la mano? En el aprendizaje musical debemos ser constantes para lograr avanzar y sentir que vamos dando pasos hacia nuestro próximo objetivo.

El motor que nos ayuda a continuar esforzándonos en conseguir algo es la motivación. Es un motor que hay que alimentar constantemente para que no deje de funcionar y que nos va a permitir continuar progresando. En el aprendizaje instrumental de los pequeños este motor es importantísimo y somos los padres y profesores los que debemos contribuir a que esté presente en nuestras clases y durante el estudio en casa. 

La motivación es verdaderamente el secreto para ayudar a los niños a desarrollar su potencial al máximo. Os dejamos algunos consejos para fomentar la motivación en los peques:

Mostrar interés por el instrumento

Los niños captan la emoción  con la que hacemos algo y es nuestro interés lo que despierta el suyo. Si queremos que la música y el aprendizaje instrumental pasen a formar parte de sus vidas, debemos ser los primeros en transmitirles nuestra ilusión.

Transmitir confianza

Los niños necesitan saber que confiamos en su potencial. La seguridad que depositamos en ellos es fundamental para que sientan que pueden lograrlo.

Fijar metas alcanzables

Suzuki decía “objetivos pequeños para gente pequeña”. Si marcamos metas muy difíciles que no sean abarcables para ellos, se sentirán frustrados. Es por eso que debemos fijar pequeñas metas que nos permitirán alcanzar una meta mayor.

Reconocer el esfuerzo

Es importante alentar a los niños haciéndoles ver que valoramos el esfuerzo que han hecho y que esforzarse ya es un triunfo, incluso aunque no hayan conseguido lo que se proponían en un primer momento. 

Elogiar triunfos y aceptar errores

Es fundamental que celebremos los momentos de triunfo ya que son la recompensa al esfuerzo realizado, pero también es importante que aceptemos los errores que se han cometido en el camino. Los niños no deben tener miedo a equivocarse porque es lo natural en cualquier proceso de aprendizaje. ¡De los errores se aprende!

Mostrar apoyo especialmente en los momentos difíciles

 En ocasiones, puede haber un estancamiento o alguna dificultad que se hace más cuesta arriba de lo normal y genera que el niño pueda frustrarse. En esos momentos es cuando más apoyo necesitan y más debemos hacerles saber que confiamos en ellos y que lo conseguirán con un poco de esfuerzo. Empatizar con ellos y contarles situaciones en las que nos ocurrió algo parecido les ayuda a superar los baches.

Disfrutar

El fin último que perseguimos es que los niños se diviertan con la música, la compartan con otros compañeros que toquen junto a ellos y disfruten interpretándola en público. Divirtámonos con el viaje que supone aprender. ¡Divirtámonos con la música!

Cinco razones para aprender música con el método Suzuki

 

Hoy en día nos rodean múltiples metodologías educativas  y a menudo surgen dudas acerca de si serán adecuadas o qué nos ofrecen exactamente.

El método Suzuki surgió para la enseñanza de un instrumento musical, pensado para iniciarse desde una edad temprana y a través del cual se desarrolla al máximo el potencial de cada niño.

Os dejamos las que son, para nosotras, las cinco razones principales para iniciar a los niños en el aprendizaje instrumental a través del Método Suzuki:

1.Se adapta a cada niño

Se trata de una metodología personalizada, que se fundamenta sobre la idea de que el talento no es innato sino que se desarrolla. Debemos potenciar al máximo el talento de cada niño, teniendo en cuenta sus necesidades y respetando su ritmo de aprendizaje.

2. Forma parte del núcleo familiar

 Suzuki considera que somos producto de nuestro entorno, siendo el familiar el más inmediato y el que más influencia ejerce sobre los pequeños. En las clases Suzuki el padre o madre está presente, aprendiendo el instrumento junto al niño para luego poder ser el ayudante durante la práctica en casa.

3. Es un aprendizaje natural basado en la lengua materna

 Suzuki afirma que si todos los niños pueden aprender su lengua madre, también pueden aprender a tocar un instrumento si lo hacen de la misma manera. Esto significa que al igual que aprendemos primero a hablar y después a leer, con el instrumento ocurrirá lo mismo. En un inicio se enseña al niño a tocar a través de la escucha, imitación, repetición y memoria para posteriormente enseñarle a descifrar el lenguaje escrito de la música y que pueda leer partituras.

4. Fomenta el desarrollo social

 Los niños tienen una clase individual y otra colectiva cada semana. Esto implica que desde un inicio los niños comparten la música y el aprendizaje de su instrumento con otros alumnos. Esto es fundamental ya que no sólo es un punto de motivación importante, sino también un espacio en el que los alumnos aprenden a formar parte de un grupo, así como a compartir, respetar y colaborar.

5. Favorece el crecimiento personal

Suzuki habla constantemente de educar a los niños con amor y respeto. Para él la música será una futura herramienta muy valiosa si enseñamos a los niños a amarla y a crecer emocionalmente junto a ella desde un primer momento.

El objetivo de Suzuki no fue sólo enseñar música, sino a través de ella llegar a educar a la persona: “el carácter primero y después la música.” Su sueño fue que, a través de la música, pudiéramos crear un mundo mejor.

Si queréis ver cómo hacemos todo esto, podéis venir a conocernos y probar una clase sin compromiso en El Acebuche de Rivas  (Plaza Joan Miró, 6. Rivas-Vaciamadrid), reservando en info@littlemusicalsteps.com. ¡Os esperamos!

¿Por qué hacemos clase individual y grupal en Flauta Suzuki?

El Método Suzuki fue ideado para trabajar a través de clases tanto individuales como grupales, durante todas las etapas de aprendizaje del alumno.

Suzuki decía «hay padres que creen que la clase grupal es sólo un momento de diversión… Pero lo cierto es que lo que el alumno más disfruta es tocar en grupo. Cuando tocan con otros niños con un nivel superior, la influencia que reciben es enorme y el resultado en el aprendizaje es maravilloso».

Estas son algunas características y diferencias de nuestras clases de Flauta Suzuki:

Clase individual

  • Es el momento dedicado específicamente al alumno y sus necesidades de aprendizaje, participando únicamente niño, padre y profesor.
  • En ella se trabaja la técnica del instrumento: postura, sonido, piezas de estudio, etc.
  • El padre o madre recibe las explicaciones e instrucciones sobre el qué, por qué, cómo y cuánto de la práctica en casa.
  • Se refuerza el vínculo musical familiar trabajando juntos.
  • Suele tener menos duración que la clase grupal durante la primera etapa de aprendizaje del alumno, ya que supone una gran concentración por parte del niño.

Clase grupal

  • Tener un repertorio en común hace posible que los alumnos toquen juntos desde el comienzo de su aprendizaje, reforzando todos los conceptos que aprenden en la clase individual.
  • Los niños aprenden a relacionarse y conocen a otros alumnos que tocan su mismo instrumento y canciones, se sienten parte de algo y se ilusionan por practicar y compartirlo con sus compañeros.
  • La simple experiencia en grupo les motiva, ¡les encanta repetir lo que ven hacer a otros niños! Y a su vez aprenden a esperar su turno y escuchar a los compañeros.
  • En esta clase pueden aprender y enseñar, siendo los mayores el ejemplo para los más pequeños. A lo largo de su aprendizaje, van desarrollando diversos roles según crecen y entran en el grupo compañeros nuevos.
  • Escuchar a los demás es la mejor manera de repasar las canciones que ya se saben o escuchar nuevas a las que todavía no han llegado, trabajando en el respeto y reconocimiento del trabajo y esfuerzo de los demás.
  • ¡Tocar con los demás es lo más divertido para cualquier músico! La mejor recompensa al esfuerzo y trabajo individual.

La percusión, el momento estrella en las clases de bebés

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Sabemos que los niños desde bebés disfrutan con la pequeña percusión y es uno de los momentos estrella de nuestras clases de estimulación musical temprana. Maracas, tambores, xilófonos y cascabeles tienen mucho éxito entre nuestro joven público, ¡y es que no les faltan motivos para ello!  

Experimentación y psicomotricidad

Este tipo de percusión es una manera sencilla de producir sonidos con timbres diferentes. Tan solo moviendo sus brazos consiguen hacer sonar los instrumentos y escuchar los diferentes sonidos que producen. Esto estimula su deseo de experimentar con los objetos que les presentamos y de esta manera no sólo sienten la necesidad de descubrir por ellos mismos, sino que además estamos fomentando su desarrollo motriz y su coordinación. Poco a poco vemos cómo su destreza manual va aumentando y aprenden a manipular los instrumentos con mayor facilidad y controlando mejor sus movimientos.

Ritmo y disfrute

En todas nuestras clases empleamos estos instrumentos ya sea a través del descubrimiento libre o guiando a los pequeños siguiendo el pulso de una canción, realizando diversos patrones rítmicos o marcando la cadencia interna del lenguaje en un poema. Esto fomenta el desarrollo de su ritmo interno, creando una base fundamental en su aprendizaje musical.

Siempre se proporciona un instrumento al niño y otro al acompañante, puesto que el movimiento que realizan los pequeños con el instrumento debe de ser libre y no controlado por un adulto. Al principio nos parece que el niño no es capaz de reproducir nuestros ritmos, pero poco a poco llegarán a interpretarlos perfectamente. Es importante que respetemos su ritmo de aprendizaje y les permitamos disfrutar con el proceso y no sólo con el resultado.

Comunicación y escucha

Sería positivo que en casa tuviérais algún instrumento de percusión para ellos, siempre teniendo cuidado con los materiales de los que están fabricados y con las posibles piezas pequeñas como en el caso de los cascabeles, que deben de tocarlos siempre bajo vuestra supervisión. Esto es un complemento perfecto para las clases, en las que además crean música en conjunto, funcionando como un grupo que colabora para interpretar los ritmos a la vez, fomentando la escucha entre los niños y aprendiendo a compartir con los demás.

La percusión es una de las formas de música más primitivas de la civilización que contribuye a la comunicación no verbal y permite a los niños tener una vía más de expresión vinculada a la música… ¡Nos encanta!

Algunas virtudes y ventajas de la Flauta Travesera

IMG_3621El Método Suzuki fue creado por Shinichi Suzuki a mediados del siglo XX para la enseñanza del violín a niños desde la edad temprana. Desde entonces se ha adaptado y sigue adaptándose para el aprendizaje de otros instrumentos tanto de cuerda como de viento: viola, violoncello, contrabajo, arpa, guitarra, piano, trompeta, clarinete, flauta… En el caso de este último, fue el propio Suzuki quien pidió a Takahashi, flautista japonés, que adaptara el método para la enseñanza de la Flauta Travesera.

Las profesoras de Little Musical Steps somos flautistas que enseñamos nuestro instrumento a través del Método Suzuki y os queremos contar algunas de sus virtudes y ventajas:

  1. Ofrece infinidad de posibilidades musicales en agrupaciones y estilos de música y su repertorio es riquísimo: la literatura de la flauta abarca todas las épocas de la historia de la música y todo tipo de estilos, desde el clásico hasta el jazz, pasando por flamenco o salsa… Además, los flautistas podemos hacer música a solo, a dúo, en grupo de cámara, en banda, en orquesta sinfónica, etc. ¡No nos perdemos una!
  1. No pesa ni ocupa mucho y se transporta fácilmente: incluso la flauta travesera de adulto cabe perfectamente en una mochila corriente o un bolso grande. Afortunadamente, no nos acarrea dolores de espalda ni asientos extra en los aviones.
  1. Es un instrumento barato, sobre todo durante la etapa de estudiante: ¡los pífanos
    de plástico con los que comienzan los alumnos Suzuki en los primeros años cuestan sólo 9€ y las primeras flautas traveseras del alumno pueden rondar los 150€!
  1. Es uno de los instrumentos de nuestros orígenes: la flauta nació de un hueso de animal al que algún ser humano decidió hacer agujeros para conseguir diferentes sonidos al soplar a través de su interior… Lo llevamos dentro, es natural.
  1. Además de la belleza de su sonido una vez alcanzada cierta técnica, la flauta travesera tiene un timbre agradable desde el comienzo del aprendizaje del alumno, resulta fácil y dulce de escuchar desde la primera clase. ¿Será por aquello que dicen de que se asemeja a la voz humana?

La importancia de los padres en la clase de música

Cuando un padre o madre apunta a su hijo a estimulación musical temprana o Método Suzuki, no sólo está apostando por una actividad que fomenta el desarrollo de las capacidades de su pequeño, sino que además participa activamente convirtiéndose en una pieza clave del aprendizaje.

Las clases son concebidas como un momento para compartir experiencias positivas con los hijos y como una manera de fortalecer el vínculo con ellos gracias a la música. Padres e hijos aprenden de manera conjunta, de una forma natural y divertida que puede ser extrapolada fuera de las clases.

motivos por los que la presencia de papá o mamá en clase es fundamental

  • Los bebés en sus primeros meses de vida necesitan el contacto físico con sus padres para sentir seguridad y calma, sensación que potenciamos con la música. Mientras interiorizan el ritmo musical a través de los movimientos que experimentan en brazos de sus padres, se sienten protegidos. Lo mismo ocurre cuando son un poco más mayores. Saber que papá o mamá están ahí reforzando su aprendizaje les hace sentirse seguros.
  • Las voces de las personas que han acompañado al bebé en su vida y desde incluso, antes de nacer, son las que más van a generar el deseo de imitar, siendo esto fundamental para el desarrollo del habla. ¡Sus familiares son sus cantantes preferidos!
  • Los padres son la principal referencia y el mejor ejemplo para los niños. Cuanto más involucrado está el padre en la actividad, mayor es la estimulación que el niño recibe y antes comenzará a imitar sus movimientos y gestos.
  • La música es un potente transmisor de emociones que los padres comparten con sus hijos, fomentando el vínculo con ellos y  ayudándoles a canalizar sus sentimientos.
  • Después de un tiempo, los padres aprecian la evolución de sus hijos clase a clase y experimentan en primera persona los pasos que van dando.
  • Al estar en clase, los padres toman ideas para poder repetir en casa y de esta manera incluir la música en el día a día de su hijo de forma natural y progresiva.

En algunas ocasiones los niños vienen acompañados a clase de sus tíos, abuelos u otras personas, ya sea porque los papás no han podido asistir o porque quieren participar en la actividad con ellos. Lo más importante es que siempre haya un adulto en clase con el bebé, y ¡qué bien lo hacen las abuelas de nuestros alumnos! No debemos olvidar que las abuelas han entonado canciones de cuna para comunicarse con sus bebés generación tras generación. ¡No perdamos esa bonita tradición!

Pon música a las rutinas de tu bebé

Todos sabemos lo importante que es la rutina en la vida de los bebés. Cuando conocen los momentos de su día a día, el orden y manera en que van a ocurrir las cosas, lo viven de una forma mucho más tranquila y placentera, siendo más partícipes de su actividad.Los bebés se comportan mejor cuando saben lo que va a ocurrir. Cuanto más constantes y predecibles sean los hábitos, más seguros y dispuestos se encontrarán los bebés, dice la pediatra Tanya Remer Altmann (The Wonder Years: Helping Your Baby and Young Child Successfully Negotiate the Major Developmental Milestones).

En nuestras clases de estimulación musical temprana trabajamos la rutina de dos maneras distintas: durante el tiempo de clase, que está estructurado en su propio orden de actividades y se repite en cada sesión; y apoyando los hábitos de casa con canciones, audiciones o poemas que pueden preceder distintas rutinas del bebé. Todo aquello que vaya acompañado de música y diversión será más alegre y llevadero para el pequeño y lo afrontará con más ganas e implicación.

Gracias a la estructura de las clases, los bebés disfrutan y aprovechan más la actividad musical, demostrando tras algunas sesiones una respuesta a este orden, anticipándose a alguna de sus partes o simplemente reaccionando con rapidez y alegría al recordar algo que ya conocen. Para que pequeños y mayores nos sintamos a gusto al empezar, comenzamos siempre las clases con nuestra canción de bienvenida. Tenemos momentos para reconocer algunas de nuestras melodías en un instrumento y las entonamos a la vez que realizamos sus divertidas coreografías. También nos movemos con ritmos a los que ponemos nombre y gesto y practicamos juegos de psicomotricidad fina con nuestras manos. En todas las clases, disfrutamos también de una audición activa, dejándonos llevar por la magia de la música, y al volver a la realidad podemos concentramos en descifrar algunas figuras musicales… Nunca nos olvidamos de tocar nuestros instrumentos de percusión ni de jugar con un poema musical, para, finalmente, entonar nuestra canción de despedida…

Las mamás y papás podéis utilizar cualquiera de las partes de la clase en la rutina de los pequeños, según os convenga o demuestren ellos mayor interés. Por ejemplo, trabajamos canciones, poemas y rimas para las rutinas más importantes de los bebés:

  • Para dormir, creando un ambiente de tranquilidad y cariño.
  • Para comer, con palabras y gestos relacionados con los cubiertos o la comida.
  • Para el baño, favoreciendo la interacción con el adulto y la diversión.
  • Para el juego, aprovechando para reforzar la psicomotricidad fina, practicar percusión corporal, etc.

Además, las profesoras de Little Musical Steps estamos siempre abiertas a vuestras propuestas sobre la temática de las canciones o poemas que se van trabajando en el grupo. La clase de música semanal no es sólo un rato agradable que compartir con tu pequeño, ¡sino todo un abanico de posibilidades para que la rutina familiar sea más alegre y positiva!

¿Cuál es el instrumento adecuado para mi hijo?

Esta pregunta ronda la cabeza de muchos padres que van a apuntar a sus hijos a música. Especialmente la de aquellos cuyo hijo no se decanta por un instrumento concreto. «¿Cuál es el mejor instrumento?» La realidad es que no hay instrumentos mejores y peores. Todos los niños pueden aprender a tocar un instrumento, sea el que sea, acompañados de unos padres dispuestos a descubrirle un mundo musical enriquecedor. Es una decisión personal en la que sin duda influye que el instrumento tenga cierto atractivo también para el padre, puesto que en la fase inicial del método Suzuki los padres aprenden a tocarlo junto a sus hijos.

¿y si el instrumento que elijo no es el que hubiera elegido él?

Un padre espera que su hijo tenga clara preferencia por un instrumento y lo cierto es que salvo excepciones contadas y en función del contacto que haya tenido con el mundo musical hasta entonces, esto no tiene por qué ser así. Desde la elección del colegio hasta la comida de cada día, los padres toman decisiones constantemente sobre el futuro de sus hijos y esto ocurre también con su educación musical en la que llega un momento en el que tenemos que decidirnos por un instrumento.

A veces, el niño empieza a mostrar predilección por otro instrumento tras unos años de aprendizaje de un primero. Eso no significa que hayamos perdido el tiempo o que tomáramos una decisión equivocada, ya que lo que se adquiere con un instrumento es válido a la hora de empezar otro. La técnica será diferente, pero el desarrollo del oído, la memoria, la psicomotricidad y en definitiva las estructuras y funcionamiento de la música  ya han echado raíces y el aprendizaje de otro instrumento será mucho más fácil y rápido.

¿En función a que parámetros puedo elegir instrumento?

Lo primero que recomendamos antes de embarcarse en la elección de un instrumento es asistir a clases de iniciación musical si el niño tiene todavía dos o tres años, para que experimenten con la música. Además podemos llevar a nuestros hijos a eventos musicales. Hoy en día hay numerosos espectáculos musicales infantiles que nos presentan diversos instrumentos. Es más fácil que puedan decantarse si los ven en vivo y en directo y escuchan sus diferentes timbres.

Podemos tener también en cuenta dos aspectos de logística que pueden influir en nuestra elección: los horarios de las clases individual y grupal y el precio del instrumento.

Y por último pero no menos importante, hay que pensar también en el profesor. Cuando los niños son tan pequeños, es fundamental encontrar un profesor que sepa hacerles disfrutar y que les transmita pasión por su instrumento. Para eso, lo mejor es probar una clase con esa persona para conocer su forma de enseñar.

Si queréis, podéis leer sobre algunas ventajas y virtudes de la flauta travesera, nuestro instrumento, y además podéis venir a probar una clase gratuita para conocernos.